Comenzamos un nuevo ciclo

El verano llegó lleno de muchas pequeñas y enriquecedoras experiencias. Además de los grupos, familias y amigos que han pasado por aquí, Pili y José hemos visitado en Cantabria las comunidades de La Garma y La Canal. La primera es una ecoaldea con una veintena de pobladores que comparten trabajo, comidas y misión común. La segunda es un antiguo monasterio reconvertido en lugar de acogida y espiritualidad. Ambos lugares muy motivadores para el proyecto comunitario de ecología, espiritualidad y acogida que seguimos desarrollando en Cañicosa. ¡Cuánta buena gente poniendo en práctica estilos de vida que muestran otro mundo mejor posible!

Con la presentación de un poemario de Javier Pérez y la asamblea anual de Biotropía hemos retomado las actividades en la Casa San Martín. Semanalmente, continuamos con la meditación (jueves 17.30 h.) y la danza contact (lunes 19.00 h.). También continuarán las sesiones de euritmia con una frecuencia aproximadamente bimensual (empezando el 29 de octubre). En fines de semana, En fines de semana, algunos grupos ya han reservado la casa para actividades de formación, como los próximos cursos de danza espiritual, Sumando Red de Conciencia y Facilitación de Grupos, más un nuevo grupo escolar a finales de octubre.

La parra de la Casa San Martín ha tenido siempre una función más decorativa y de sombra que productiva. Sin embargo, este año, y por primera vez desde que la gente del lugar recuerda, debido al calor veraniego las uvas de la parra han llegado a madurar. No han faltado manos generosas que han ayudado en la recolección y elaboración del delicioso zumo de uva, al que se han unido unos cuantos botes de mermelada de mora, también propia de la estación. La naturaleza ofrece así sus dones, que recogemos con reverencia agradecida.

Seguimos recibiendo voluntarios internacionales, enriqueciéndonos con el intercambio cultural, la práctica del inglés y la ayuda en la casa e instalaciones. Y seguimos mirando hacia adelante con el proyecto de rehabilitación energética de la Casa San Martín y de una nave adquirida por la fundación en primavera, aprovechando que el sol sigue saliendo todos los días. Además de agradecer su luz y su calor, esperamos también utilizar su energía.

Cocinando al sol del verano
Naturaleza generosa
Naturaleza embotellada
Nuevos habitantes del gallinero

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