El mundo tiene hoy muchas necesidades. Una de ellas es que necesitamos aprender a vivir de otra manera, de una manera más respetuosa con nuestra casa común, más compasiva y solidaria con las personas que sufren las consecuencias del despiadado sistema de producción y consumo en el que vivimos y más integradora de todas las dimensiones de la persona: la salud corporal, afectiva y mental y la profundidad espiritual. (De nuestro «sueño inspirador»)
Somos personas enamoradas de la vida, de la naturaleza, la belleza, la justicia, la fraternidad, la acogida… y de Dios, que es todo eso y mucho más.
Nuestro «sueño inspirador» es resultado de una confluencia. La de José, que lleva tiempo explorando y divulgando formas de vida sostenibles, solidarias, saludables y espirituales, y la de Pili, que, después de sucesivas experiencias de voluntariado, se da cuenta de que no puede seguir viviendo como antes y a su vez sueña con una comunidad donde compartir vida, oración y acogida.
De esta manera, como medio para dar respuesta a una de las necesidades que tiene hoy nuestro mundo y poner en práctica nuestra particular llamada, queremos habitar una tierra donde:
- vivir en armonía con la naturaleza y sus ritmos.
- poner en práctica un estilo de vida sencillo y respetuoso con el medio ambiente.
- compartir la pasión por Dios en un ámbito de retiro y oración.
- vivir unas relaciones humanas armoniosas y fraternas.
- acoger a quienes necesitan refugio y calor humano.
Un lugar también de formación y divulgación de esta conciencia, actitudes, espiritualidad y forma de vida.
Hemos encontrado en Cañicosa (Segovia) esa tierra que buscábamos habitar. Y estamos convencidos de que este lugar puede ser una buena noticia para la sociedad y para la Iglesia.
El nombre de tierra habitada hace alusión a una triple dimensión:
- Ecología. La tierra, la «hermana madre tierra», de la que venimos y en la que vivimos. Nuestra casa común que nos cuida y que debemos cuidar.
- Espiritualidad. Tierra habitada por una Presencia que lo llena todo y en la que vivimos, nos movemos y existimos. Una presencia que nos habita y nos anima.
- Acogida. Una tierra habitada por personas que hemos querido poblar este lugar, habitarlo y darle vida, abriéndola a quien quiera compartirla.